En las Ordenanzas Municipales de 1884 figura el Abrevadero de la Huerta de la Reina. En el camino que se dirige á la Matriz. En las mismas Ordenanzas aparece en la descripción del camino 35, que dice que nace en la Fuente de la Huerta de la Reina. Aparece también el plano militar de 1893.

En el plano urbano de 1927 aparece ya con el nombre Fuente de los Picadores, que da nombre a la calle actual donde estaba. Ya no queda restos de la fuente.

Dice Guadalupe Pizarro en su tesis:

"En capítulos anteriores explicamos que la conducción que regaba la Huerta de la Reina debía ser, en realidad, de origen islámico: pues bien, en 1494 el propietario de la huerta, Luis de Hinestrosa, quien era venticuatro de la ciudad y debía velar por sus intereses quiso reservarse las aguas portadas por la acequia que derivaba del qanāt. Los textos explican que “de 15 ó 20 días ha esta parte el dicho Luis de Hinestrosa por fuerza é contra voluntad á la dicha Ciudad ha tapado el dicho caño é tapia para que del dicho uso no pudiese usar la dicha Ciudad é vecinos de ella, según que hasta aquí usaban”238. No hay duda de la gravedad del delito, que alteraba el carácter público del agua que se disfrutaba en este punto.
Al mandar “mandar cubrir dicha agua” Luis de Hinestrosa dio lugar a un largo pleito que se resolvió alegando a las leyes de Toledo y a la “pragmática fecha por sus Altezas acerca de las Fuentes”.
La sentencia resultante mandaba descubrir el caño en un punto concreto de su trazado, “en el rincón, junto con el camino”. Pensamos, pues, que aquí está el origen de una de las fuentes más populares de la tradición cordobesa, la Fuente de los Picadores. Ésta estuvo arrimada a una de las tapias de la Huerta de la Reina y se mantuvo en uso hasta la primera mitad del s. XX, con sucesivas reformas (Plano 15). Desde su construcción, la fuente de los PIcadores estuvo sujeta a las mismas normas que otras fuentes situadas intramuros, aunque los documentos especifican que “no puedan lavar ni curar en la dicha agua” y “que no pudiesen beber allí en lo que abriere puercos ni bueyes”.
Tanto la Fuente de los Picadores como la alcubilla para reparto del agua de la huerta aparecen representados en el plano catastral de Córdoba de 1928 junto a una “acequia”."

En Las Aguas de Córdoba López Amo describe el Venero de Huerta de la Reina:

"Esta tiene tres veneros, el uno viene del Puente de Sansueña y el otro de la Arrizafa, naciendo muy profundo, viniendo por atarjea hasta la viña de expresada huerta donde tiene una alcubilla con el ramo de atarjea para el mismo heredamiento y otro de cañería con agua a su discreción y va a la casa del Bailio donde tiene un arca y le da con obligación tres cuartas pajas de paga al hospital de S. Jacinto y la demás del consumo en la antedicha casa.
El propietario de esta huerta tiene la obligación de tener abastecida la fuente pública situada fuera de la cerca de dicho predio, con arreglo a la sentencia dictada en 10 de julio de 1494 por el Licenciado Sancho Sánchez de Montiel, juez que fue de I esta ciudad, confirmada en 30 de marzo de 1573 por el Ldo. Gonzalo Fernández de Morales, que desempeñó el mismo cargo."

Existe un plano del siglo XIX que reproducen en sus tesis F. Gamero y G.Pizarro. En él aparece representado el "Molinillo del Gran Sueño" que posteriormente pasó a llamarse Molinillo de Sansueña. Aprecen todas las lumbreras de los tres ramales de la conducción. En el ramal de Sansueña aparece como inicio la lumbrera 63, que tiene la leyenda:

"Lumbrera 1ª de este nacimiento situada junto al camino que va al Molinillo del Gran Sueño lindando con una haza de Olivar llamada de las lCanteras de la Capellanía que posee D. Rafael Dorado casi enfrente del cercado de Madre de Dios, al principio de la vertiente de dicho camino que corre al molino a las 10 varas estás el nacimiento de agua."

En la lumbrera 30 se une con el ramal del Duende, con esta leyenda:

"Situada en el olivar de la haza de la cueva de Reyes a 6 varas del camino que va al Molinillo del Gran Sueño. En ella se introducen la (?) que viene del haza del Molinillo dicho."

En F. Gamero dice:

"La figura (47) representa el croquis realizado en torno a 1836 del qanat de Huerta La Reina, también conocido como "El Duende", obtenido del archivo cartográfico de EMACSA, de autor desconocido. Se señala en este documento la existencia de un total de 86 lumbreras y tres ramales principales, embocados dos de ellos, sobre los materiales paleozoicos del frente de Sierra Morena, y un tercero, en la llanura aluvial del Guadalquivir, transcurriendo en dirección a la ciudad, siguiendo la vaguada del arroyo del Moro. Este sistema de canalización presenta una longitud total de 3.000 varas (2.394 m) y sus lumbreras llegan a alcanzar la veintena de metros de profundidad. Presenta tres puntos de captación en cabecera en forma de sistema distributivo dendrítico y recorrido subterráneo, desprovistos de albercas para gestionar la distribución del agua. Todos estos puntos en cabecera fueron captados mediante minas y pozos labrados sobre el material calcáreo cámbrico, y por qanats y pozos filtrantes en los retazos biocalcareníticos miocenos del piedemonte de Sierra Morena."

En la tesis de Guadalupe Pizarro nos describe:

"En cuanto al ramal más oriental, procedente del Puente de Sansueña, el plano del s. XVIII muestra su trazado paralelo a un camino que podemos identificar con el de Santo Domingo, actual Carretera del Calasancio, partiendo justo de su bifurcación. Todo apunta a que su manantial principal era un venero cercano al Arroyo Pedroche, si bien la planimetría muestra otras aguas que se le incorporaban por el Este, el “venero de la Cueva de Reyes”. El ramal de Sansueña se unía a la conducción principal de la Huerta de la Reina en la confluencia entre las actuales calles Cardenal Portocarrero y Av. del Brillante."

Ni en el catastro de 1950 ni en el plano de 1927 aparece ninguna referencia a estas tomas de agua. En cambio, en la tesis de F.Gamero dice que ha identificado estas lumbreras.

Plano de la conducción de la Huerta de la Reina, tomado de F. Gamero.