En el Monte Público se han señalizado dos senderos que parten de la casa de Las Parrilas.

Aperecen en la Ventana del Visitante de la Consejería de Medio Ambiente, dentro del ámbito de la ZEC Guadiato-Bembézar

El acceso tradicional a estos senderos se ha cerrado. Hay que tomar un camino alternativo que sale de Villaviciosa. Aquí está el camino de acceso

La Ruta de las Parrillas tiene 6,6 km. Enlace

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La Ruta de las Fuentes 6,4 km. Enlace

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En la Guía de la Naturaleza de Villaviciosa aparecen las rutas antiguas, que eran tres: las Rutas Negra, Rosa y Verde. Aunque ya es más lógico seguir la nueva señalización, quien quiera puede bajarse la descripción aquí

cabezaaguda

 

Dada esa falta de información utilizamos un texto de José Aumente Rubio:

 

SENDEROS DE CABEZA AGUDA


En la provincia de Córdoba los pinares ocupan una superficie de 47.570 hectáreas, fundamentalmente de dos especies, pino piñonero (Pinus pinea) y pino rodeno o negral (Pinus pinaster). La mayor extensión de estas coníferas se localiza al noroeste, en una de las zonas más montañosas y más despobladas de la provincia, entre los términos municipales de Villaviciosa, Villanueva del Rey, Espiel y Hornachuelos. Aquí también se sitúa la mayor parte de los terrenos patrimoniales de la Junta de Andalucía o de propiedad particular en régimen de convenio o consorcio.

Villaviciosa de córdoba cuenta con siete montes públicos, que suman un total de 4.114 hectáreas, lo que supone un 12,4% de su territorio municipal. Al sur, en el mismo límite del término municipal, entre los ríos Guadiato y Guadiatillo, se sitúan El Membrillarejo, Los Boquerones y el Olivarejo; y al noroeste, accediendo desde la carretera de Posadas, se localizan los montes públicos Cañadas del Névalo, Cabeza Aguda y Las Parrillas. En las dos últimas fincas la Consejería de Medio Ambiente ha señalizado un
par de itinerarios para la práctica de senderismo.

Estos extensos bosques de pinos llevan allí relativamente poco tiempo. Las circunstancias sociales y la situación económica de amplios sectores de Sierra Morena favorecieron que durante los años 50 se iniciara la sustitución de los latifundios de Sierra por la repoblación forestal, realizada inicialmente por el antiguo Patrimonio Forestal del Estado y continuada después por el ICONA directamente o mediante consorcios. Así que las encinas y alcornoques fueron sustituidos por pinos piñoneros en las solanas y negrales en las umbrías, conformando en la actualidad un paisaje forestal único en la provincia. Resulta impresionante contemplar esta enorme extensión de pinar desde el cerro de Cabeza Aguda, o de la “Atalaya”, como también se le conoce, donde se levantó hace años una torreta de vigilancia para prevención de incendios.

Muy cerca de allí se encuentra el “Collado de los Lobos”, poblado con varias viviendas y otros servicios de la Administración, e incluso una capilla donde antaño se celebraba misa los domingos. Desde el verano de 1993 también se ha  instalado en esta zona el Centro de Defensa Forestal (Cedefo) de la parte occidental de la Sierra Morena Cordobesa. Las últimas actuaciones de la Administración han ido encaminadas a fomentar el uso público, señalizando dos itinerarios: la Ruta de Las Parrillas, de 7,6 kilómetros y la ruta de Las Fuentes, de 6,42 kilómetros. Aunque para recorrer ambas rutas es conveniente pedir permiso previamente a la Consejería de Medio Ambiente Para llegar al inicio –y también final, ya que son en bucle- de los dos senderos señalizados hay que tomar una pista que se inicia en el control que la Administración Medioambiental tiene en la carretera A-3075 Posadas-Villaviciosa de Córdoba, entre los kilómetros 131 y 132, a unos 13 kilómetros de Villaviciosa de Córdoba. Siguiendo la mencionada pista que da acceso al Collado de los Lobos, a unos dos kilómetros, llegaremos al aparcamiento, cerca de la casa de Las Parrillas,
donde sendos carteles nos informarán sobre los dos itinerarios a realizar.
Los senderos están dotados del equipamiento necesario para facilitar el paseo, como puentes de madera y carteles explicativos. La ruta de Las Fuentes se llama así porque en ella podemos encontrar cuatro rústicas fuentes, que reciben denominaciones tan curiosas como Fuente de Juan Díaz, del Traquido, de Parrillas
Viejas o del puerto Mejoral. La ruta de Las Parrillas ofrece hermosas vistas de la sierra de Hornachuelos y pasa cerca de un pequeño pantano que sirve como recurso
hídrico en la lucha contra los incendios forestales, y que en los meses de estío, sobre todo, es visitado frecuentemente por ciervos, gamos, muflones y jabalíes.

Aunque los agentes erosivos, implacables, han desgastado estas sierras -que ofrecen en general, el aspecto de grandes moles de cimas redondeadas- la red de drenaje, al encajarse en los materiales más blandos, ha creado también un paisaje intrincado, que a veces pone al descubierto la roca, creando bellos rincones, como el que dibuja el arroyo de Las Parrillas, que fluye entre vegetación de adelfas y tamujos.

Desde algunos puntos de los dos itinerarios, se puede divisar la Atalaya de Cabeza Aguda -vértice geodésico de 765 metros de altitud, desde donde se domina una amplia extensión de sierra-, el cerro del castillo de Névalo –que acoge los restos de esta apartada fortaleza- y el cerro de Castro y Picón, cerca ya de Trassierra; y en los días claros se distingue perfectamente la Campiña de Córdoba y al fondo las sierras Subbéticas y Sierra Nevada.

Como es de suponer, los pinos son la especie vegetal que domina, aunque también se encuentran otras especies foráneas, como eucaliptos y cipreses; e incluso algunas encinas y alcornoques dispersos, que llegan a formar espesas manchas de vegetación en algunas fincas colindantes. El matorral se compone de especies propias de estas latitudes, como la jara pringosa, el jaguarzo morisco, la estepa blanca, el matagallo, el romero, el cantueso o el lentisco. Con respecto a la fauna, hay que destacar dos elementos de interés: por un lado, la abundancia de ciervos, que se pueden sorprender realizando cualquiera de los itinerarios; y por otro, la riqueza en aves rapaces. No es raro que a lo largo de la jornada nos sobrevuelen algún ejemplar de buitre leonado o negro, águila real, imperial, culebrera o perdicera, o el más abundante ratonero.
No hay que olvidar los aprovechamientos humanos. En estas sierras se llevan a cabo todo tipo de tratamientos selvícolas: además de las repoblaciones, que incluyen las claras, desbroces, aclareos, podas, rozas, entresacas de madera..., hay que citar las labores preventivas contra incendios o tratamientos de plagas y enfermedades de los bosques; aunque lo que más llamará nuestra atención serán los restos de antiguas construcciones, chozos, hornos y colmenares de piedra –infraestructuras para la
protección de las colmenas del ataque de los tejones- que nos recuerdan la soledad que albergaban estos parajes en la primera mitad de siglo. La casa de las Parrillas, hoy en ruinas pero que aún conserva su horno, se convirtió a finales de los años cuarenta en alojamiento de pernocta durante cinco años de los trabajadores del
antiguo Patrimonio Forestal del Estado, que plantaron de pinos estos montes.