EL JARAMAGO

Sobre caminos cortados, competencias e incompetencias (1)


Recientemente dábamos cuenta de una grave alteración en el arroyo de la Aliseda, tributario del río Cuzna. No es nada más que una muestra de lo que podemos encontrar en arroyos, ríos, caminos, etc. de nuestra comarca y, por supuesto, de cualquier otra zona de la provincia, comunidad….
En ese caso resultaba afectado un espacio natural hasta ahora bastante bien conservado y, además, podría existir una infracción a la normativa vigente. En el caso de cortes e invasiones de caminos públicos dicha acción no tiene que representar necesariamente una alteración del medio natural. Desde un punto de vista de la conservación de ciertos aspectos naturales muchas veces poca importancia tiene que el camino sea particular, público o que haya sido usurpado por un particular; pudiendo ocurrir en ciertas ocasiones que la restricción de paso que supone el hecho de ser de propiedad particular, permita que algunas especies puedan criar, por ejemplo en un roquedo situado cerca de un camino por el que pasa muy poca gente, hecho que se vería dificultado (ocurre así en algunas zonas) si la afluencia de gente por el camino fuera masiva.
También es cierto que los caminos públicos, libres de vallas u otras barreras, son auténticas vías de comunicación no sólo entre personas sino también entre distintas poblaciones animales y vegetales (muchas plantas utilizan a los animales como medio de dispersión)
Pero, al margen de estas consideraciones, la necesidad de conservar los caminos públicos expeditos es una cuestión de Derecho y también de “sentido común” (ya se sabe lo que se dice: el menos común de los sentidos) pues son un parte del patrimonio público y por supuesto también del patrimonio natural y cultural de los pueblos (no se pueden entender algunos paisajes actuales, la dehesa entre ellos, sin la trashumancia a través de los miles de kilómetros de vías pecuarias)
Pero siempre surge la misma pregunta en esta cuestión y también en otras, como en el caso al que nos referíamos al principio: ¿cómo y a quién denuncio la invasión o corte de un camino que se supone que es público? En primer lugar hay que saber quien ostenta la titularidad del camino público. A grandes rasgos:
        Cañadas, coladas y veredas son vías pecuarias y, por tanto, su titularidad corresponde a la Consejería de Medio Ambiente (en el caso de Andalucía)
        Caminos públicos: la titularidad corresponde al Ayuntamiento en cuyo término está (se da el caso frecuente de que una porción de un camino corresponda a un ayuntamiento y otra u otras a otros ayuntamientos)
Parece claro que en el primer caso habría que ponerse en contacto con un agente de medio ambiente o directamente con la Consejería, mientras que en el segundo habría que dirigirse al ayuntamiento respectivo. En el primer caso nuestra experiencia es que parece (insisto, parece) que hacen algo de caso; en el segundo, mejor que nos olvidemos de ir al ayuntamiento ya que, salvo excepciones, nos arriesgamos a que nos miren de forma extraña (en alguna ocasión un ayuntamiento nos negó su titularidad sobre un camino público para el que antes había firmado un convenido con un organismo estatal para su arreglo). En este segundo caso, siempre nos quedará el SEPRONA.
Hace algunos años (principios de este siglo) Juan Palomo realizó un magnífico trabajo sobre los caminos de Cardeña, recogiendo información sobre su estado actual y también hizo una revisión basada en cartografía antigua.
Animados por personal de la Diputación de Córdoba, que financió parte del trabajo, y por poder contar con la experiencia de Juan Palomo, nos propusimos, allá por el año 2003, emprender un trabajo parecido; para ello enviamos cartas a tres ayuntamientos solicitando una entrevista para explicar y presentar el proyecto. La carta, con algunas partes borradas por su escaso interés o por su carácter temporal, fue la siguiente:
Sr. Alcalde:
Recientemente hemos tenido una reunión con técnicos de la Delegación de Medio Ambiente de la Diputación Provincial, a los que hemos planteado la realización de un proyecto consistente en el inventario y clasificación de los caminos públicos de titularidad municipal ……. y ya hemos elaborado con los técnicos un boceto de cómo podría ser el proyecto, que paso a resumírselo muy escuetamente:
1.      Revisión bibliográfica y de fuentes orales de las vías públicas.
2.      Revisión de los caminos sobre el terreno y elaboración de la cartografía digital.
3.      Señalización mediante monolitos, balizas o mojones de la titularidad pública de los caminos.
Como verá es un proyecto ambicioso, que debe llevarse, al menos, en dos fases (la segunda sería el punto tres) Un proyecto de revisión bibliográfica y la elaboración de cartografía (no digital) ya ha sido realizado por la Diputación en Cardeña y Lucena. Dado el coste del mismo, hemos pensado solicitar una subvención ….., en el que los Ayuntamientos implicados, Diputación de Córdoba y nuestra Asociación actuarían como promotores. Aunque lo ideal, al menos para nosotros, sería que toda la comarca fuera el objeto de estudio, en principio hemos creído oportuno concentrar la actuación en tres ayuntamientos, cuyos términos municipales son colindantes, en los que hemos detectado problemas con los caminos públicos y además nuestro grado de conocimiento es mayor: aquí los tres ayuntamientos.
Por ello, si está interesado en el proyecto, creemos que convendría mantener una reunión con usted …..para informarle algo más extensamente del mismo y para que nosotros podamos acometer la elaboración del trabajo y presentarlo a….
            Esperando su pronta respuesta, reciba un cordial saludo.
Sólo uno nos agradeció el interés mostrado y de los otros dos hasta ahora no hemos tenido respuesta. Nos desanimamos y, desgraciadamente, no pudimos seguir con el proyecto. Desde entonces en varias ocasiones  hemos considerado volver a plantearlo, aunque de forma menos ambiciosa y más fácil (ahora la cartografía digital y los medios cartográficos son más asequibles)
(Continuará)