‘A Desalambrar’: 15 años abriendo caminos públicos

La plataforma nacida en 2001 logró detener el vallado de senderos y poner sobre la mesa de las administraciones la apertura de las vías de titularidad pública

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Un grupo de senderistas, en la sierra | JOAQUÍN REINA
Un grupo de senderistas, en la sierra | JOAQUÍN REINA

A comienzos del siglo XXI, en Córdoba empezó a tomar forma un movimiento ciudadano, de amantes de la naturaleza y, en particular, de la sierra cordobesa, que la disfrutaban a pie, en bicicleta e incluso a caballo y habían visto cómo poco a poco propietarios de fincas habían ido vallando y cerrando al paso los caminos que desde siempre habían transitado. Ese movimiento, surgido entonces de una manera espontánea, fraguó en 2001 en la Plataforma A Desalambrar, que se propuso desde sus inicios recuperar para todos los que de todos era: los caminos públicos.

Justamente ahora, en este mes de noviembre, A Desalambrar cumple 15 años de activismo que comenzó con una primera etapa de “mucho estudio”, relata a este medio su presidente, Manuel Trujillo. Legislación sobre caminos públicos, la escasa cartografía que sobre ellos había en el municipio y todo tipo de documentación acerca de esos senderos fueron objeto de estudio por parte de los integrantes de la plataforma, que hoy cuenta con medio centenar de socios y alrededor de 500 simpatizantes que acuden habitualmente a sus actividades.

 
 

“Lo primero que hicimos fue informarnos sobre los derechos que existían sobre esos caminos públicos y que habían sido cerrados”, explica Trujillo y, de ahí, surgieron las primeras marchas reivindicativas que llevó a cabo el colectivo. Desde entonces y hasta ahora, todos los meses durante estos quince años –a excepción de julio y agosto- A Desalambrar no ha faltado nunca a la cita con sus marchas por los caminos públicos. Porque, aún hoy, contabilizan 27 caminos públicos cerrados sólo en la sierra de Córdoba capital y unas diez vías pecuarias. Y ampliando la perspectiva, las cifras suben: “Estimamos que el 80% de los caminos de la sierra en la provincia aún están vallados”, alerta.

A lo largo de su trayectoria, el principal obstáculo que han encontrado fue “la falta de voluntad de las administraciones públicas, del Ayuntamiento y de la Junta de Andalucía, para ejercer la defensa de estos caminos”, dice sobre una acción (o inacción) en la que A Desalambrar “hemos estado siempre batallando por la titularidad de los caminos municipales y de las vías pecuarias de la Junta”.

Con esa batalla, la plataforma reconoce que entre los años 2005 y 2008 “la Junta sí estuvo más receptiva, más activa” para liberar algunas vías pecuarias de su competencia que habían sido cerradas al paso por propietarios de fincas aledañas. La vereda del Vado Negro, la de Santo Domingo, la de Trassierra o el Cordel de Villanueva fueron algunos logros conseguidos por la presión de la plataforma.

En cuanto al Ayuntamiento, “pasaron muchos años sin hacer nada” -se queja Trujillo-, que cita como “simbólico” que en la puerta del consistorio se colocara un monolito por la defensa de los caminos públicos de la sierra. No fue hasta hace poco, en 2014, cuando se aprobó la elaboración de un inventario de los caminos públicos del término municipal, se estableció un reglamento para el uso de estos caminos y, ahora, “algún caso, incluso, lo está defendiendo por la vía judicial” y en otros investigando si los senderos son de su titularidad, reconoce.

“Nuestro principal logro fue que se detuviera el cierre de los caminos”, sintetiza el presidente de A Desalambrar sobre la eficacia que tuvo la voz de alarma que este colectivo dio desde su nacimiento acerca del cierre de senderos y vías pecuarias por parte de manos privadas. Y, junto a ello, difundir esta problemática y “concienciar a la población”: una labor de sensibilización que ha dado como fruto que alrededor de 1.000 personas “sean conscientes” y participen en la celebración del Día de los Caminos Públicos.

En el recuerdo de esta trayectoria de 15 años quedan también algunos tragos amargos como los juicios por romper un candado de una valla de un camino, alguna multa impuesta por ello o las discusiones con guardas y propietarios de fincas que cerraban el paso por esos senderos. “Con los años, esas asperezas se han limado, saben que no vamos a hacer ningún daño, se muestran más dialogantes y hay cierta tolerancia”, dice Trujillo sobre el trato con quien está al otro lado de la valla.

Quince años que han servido para poner las bases de un trabajo que A Desalambrar proyecta con nuevos retos para el futuro. “Lo inmediato es seguir peleando, presionando a Ayuntamiento y Junta de Andalucía para que sea una realidad la recuperación de los caminos públicos. Son un patrimonio natural que hay que recuperar”. Pero no sólo en Córdoba, porque A Desalambrar forma parte de la Plataforma Ibérica por los Caminos Públicos, su homóloga a nivel estatal, que expande su labor por todo el territorio nacional. Y, de hecho, A Desalambrar será anfitriona este mes de diciembre, los días 2, 3 y 4, de las X Jornadas en Defensa de los Caminos Públicos que se celebrarán en el Centro de Educación Ambiental de Córdoba y donde activistas de toda España compartirán experiencias, estrategias y objetivos comunes para continuar con la liberación de los caminos públicos vallados.